Por medio de un proyecto de comunicación, solicité al Poder Ejecutivo que realice las gestiones necesarias para asegurar las óptimas condiciones de infraestructura, servicios básicos y accesibilidad vial con el fin de incentivar a los docentes rurales a que habiten en el establecimiento educativo, o en zonas aledañas, asegurando así el pleno derecho a la educación. –
Bien sabemos que la escuela en el ámbito rural no se limita a enseñar, sino que también es el motor de vínculos dentro de la comunidad. Sin embargo, su aislamiento y precariedad de infraestructura resta incentivo para trabajar en campo.
Docentes rurales viajan varios kilómetros a dedo o con sus propios vehículos por caminos de tierra para llegar a la escuela, recorrido que se ve obstaculizado aún más por las inclemencias climáticas.
Al mismo tiempo, diversos docentes han planteado su voluntad de vivir en la escuela, pero las condiciones de infraestructura no son las adecuadas para trabajar y vivir con dignidad.
Estas condiciones adversas plantean un desafío para la política educativa, que debe cumplir un rol compensador para asegurar el pleno derecho a la educación.
Todos los entrerrianos deben tener las mismas condiciones educativas, sin importar si viven en la ciudad o el campo. Desde el Estado se debe asegurar que los docentes puedan llegar a su lugar de trabajo y animarlos en su decisión de vivir la escuela.